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Postura
del liberalismo
Según la postura del liberalismo el
camino exitoso al desarrollo se logra, según realizaron los actuales países
ricos, mediante la acumulación de riquezas, aumento de producción e innovación
tecnológica. Estas fueron las primeras teorías sobre el desarrollo.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los autores liberales
presagiaron que los países tercermundistas seguirían el camino al desarrollo a
través del capitalismo, mediante diferentes etapas. Según estas posturas,
es clave para el desarrollo el aumento de la producción para abastecer las
necesidades de la población. Es decir, el crecimiento económico lleva a la
larga al desarrollo económico. Por ello se considera que la renta o el producto
per-cápita indican el grado de desarrollo, como los que siguen el FMI y el Banco Mundial.
Sin embargo, con el aumento de la desigualdad entre países ricos y pobres estas
ideas se han empezado a considerar simplificadoras del problema del subdesarrollo.
Postura del keynesianismo
Según la teoría del keynesianismo,
el Liberalismo tiene
defectos que dificultan el desarrollo de los países, lo que hace necesarias
reformas estructurales a los países pobres, o incluso a la economía global.
Estas teorías se originaron poco
después del surgimiento del liberalismo económico al ver que este tenía sus
fallas, como que países con buen crecimiento de producción no se desarrollaban.
Sus autores consideran que la visión capitalista sobre el desarrollo tiende a
reducir los problemas al marco de la producción impidiendo que se hagan
reformas consideradas necesarias.
Sin embargo, esta postura considera
que el desarrollo se logra por un capitalismo similar al usado por países
ricos. Pero procurando tener un mercado interno poderoso y saneado, gran
importancia de los sectores macroeconómicos primario, secundario y terciario de
manera equilibrada, un flujo económico estable y poca dependencia del exterior.
En consecuencia según esta teoría el aumento productivo es el factor necesario
para el desarrollo.
Postura del marxismo
Según esta opinión los países
subdesarrollados, aunque realicen reformas tanto internas como en el Comercio
Mundial, jamás llegarán al desarrollo, ya que los países que ya se han
desarrollado se los impide por que no es conveniente. La conclusión que se
obtiene es que para desarrollarse debe hacerse otro modelo económico
alternativo. Como el socialismo soviético o el teórico de Marx.
Esta postura se convirtió en el
estandarte de los autores de izquierda, tomo fuerza a fines de los sesenta,
para debilitarse en los ochenta y noventa con la caída de la URSS. Según esta postura
los países capitalistas del Norte (Primer Mundo)
se desarrollaron marginando y subdesarrollando a los del Sur (Tercer Mundo)
debido a la explotación colonialista e imperialista para la extracción de
recursos naturales y el uso de mano de obra barata. Por ello es que este
neo-imperialismo impide de forma deliberada el desarrollo del Tercer Mundo,
para mantener su bienestar y niveles de consumo a costa de éste.
Los autores socialistas terminaron
por usar esta teoría como argumento de la imposibilidad estructural del
capitalismo mundial. Usando como base de sus teorías que mientras los
Neoliberales y Keynesianos centran sus análisis en temas unilaterales o
concretos, los marxistas asumen que hay estructuras internacionales que llevan
a esa desigualdad. Según esta teoría existe un norte o centro que
acumula riquezas e innova en tecnología pero a costa de explotar al sur o periferia que
carece de industria y formas de acumular riquezas por imposición de los países
ricos, perpetuando un desarrollo desigual. Los marxistas propusieron una vía
hacia el desarrollo diferente a la del capitalismo: el Socialismo.
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